¡Qué maestría narrativa la de Ian McEwan! De verdad que este libro no se puede parar de leer (o de escuchar).
Me parece una muy buena antítesis de la metamorfosis de kafka, pero extrapolada del sistema familiar al sistema nacional, ambas sociedades complejas que, cuando se analizan con lupa y sin piedad se descubren los intrincados pero invisibles tentáculos del poder, la corrupción y los intereses ocultos del ser humano.