La felicidad se basa en el discernimiento de lo que es necesario, lo que no es necesario pero tampoco destructivo y lo que es destructivo. En la categoría intermedia, sin embargo (la de lo innecesario pero no destructivo, la de la comodidad, el lujo, la exuberancia, etc.), podrían perfectamente tener calefacción central, metro, lavadora y todo tipo de maravillosos artilugios aún no inventados aquí: fuentes de luces flotantes, energía sin combustible, una cura para el resfriado común. O podrían no tener nada de eso; no importa