—No es nada.
—Para ti, a lo mejor. Pero para mí significa muchísimo que venga alguien a verme, como si todavía importara.
—Importas —le aseguró Coriolanus.
—Bueno, todas las pruebas apuntan a lo contrario.
Lucy Gray hizo tintinear las cadenas y las tensó. A continuación, como si acabara de acordarse de algo, elevó la mirada hacia el cielo.
—A mí me importas —insistió él.