Abismos temporales Feminismo, estéticas travestis y teoría queer

realizado en 1982 por dos creadoras chilenas (Diamela Eltit y Lotty Rosenfeld)

esta simbología de los trabajadores unidos (proletarios y campesinos) que representa mundialmente al comunismo

Pedro leyó el manifiesto “Hablo por mi diferencia” con la hoz y el martillo dibujados en su rostro.

gesticulación de la loca travesti, bajo dictadura, no solo transgredía el mandato autoritario de la regimentación militar de las identidades uniformadas. También subvertía el ideologismo revolucionario (épico y viril) de la izquierda tradicional.

En 1986, P. Lemebel lee su famoso manifiesto “Hablo por mi diferencia” en un Congreso del Partido Comunista. En dicho manifiesto, el valiente P. Lemebel se enorgullece de su abigarrada condición de “loca” y le recrimina a la izquierda sus prejuicios y discriminaciones político-sexuales: “Yo no voy a cambiar por el marxismo que me rechazó tantas veces”.

el trasvestismo latinoamericano que no le teme a lo grotesco del plagio para llevar sus exageraciones del mal gusto a desquitarse del ideal de corrección de tener que representar adecuadamente la correspondencia entre identidad, sexo y género

Las dos Fridas” concretó en plena calle Huérfanos una transfusión sanguínea que volvía tangible el fantasma de la epidemia del Sida que P. Lemebel trabajó después —agresivamente— en otra contagiosa performanc

Cementerio Metropolitano de Santiago en su última intervención del 2014 (“Abecedario”

cuando ocuparon la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile (ex centro de torturas) para leer la lista completa, entre copas rotas, de los detenidos desaparecidos del Informe Rettig (1993).

para el Día de la Raza, bailaron la Cueca Sola en la Comisión Chilena de Derechos Humanos (1989) sobre un mapa de América Latina dibujado con botellas rotas de Coca Cola o