La montaña eres tú

Cuando revises tu camino, no recordarás las dificultades. Las verás como puntos de inflexión, oportunidades de crecimiento; los días en que tomaste conciencia justo antes de que todo cambiara.

Parte de ello consiste en sencillamente dejarte ser quien y como eres.

el mundo tiende a apagarte la magia.

No puedes evadir todo el dolor, pero puedes evitar gran parte del sufrimiento centrándote en tu crecimiento personal.

Tu dolor te enseña lo que no te sienta bien y lo que deberías dejar de hacer. Tu alegría te enseña lo que está en armonía contigo. Todo puede ser tu maestro, y, mientras más permitas que tus experiencias vitales te modifiquen y te cambien, mejor serás tú (y ellas).

Cuando conozcas a alguien con quien sientas una conexión real, pon todo tu empeño en asegurarte de ver a esa persona y mantén sana tu amistad.

La verdadera alegría consiste en encontrar la felicidad donde y como sea que estés.

El único lugar donde puedes encontrar la felicidad es en el presente porque es el único lugar que existe de verdad. Tratar de buscar la felicidad pensando en lo que pudo o podría pasar es, en realidad, un proceso de disociación.

No puedes ignorar tus problemas. No puedes pasar por alto tus heridas.

la mayor parte de tu vida es el resultado directo de tus acciones, conductas y elecciones.