De hecho, la diferencia entre psicoterapia y psicoanálisis es válida sobre todo en los adultos. El psicoanálisis está orientado ante todo a la comprensión por parte del paciente de sus propios trastornos. Para ello, acepta recostarse dos o tres veces por semana en el diván de un psicoanalista a quien remunera sin ayuda externa (Seguridad Social, por ejemplo) por su escucha y sus interpretaciones. Esta alianza, única en el mundo, desprendida al máximo de cualquier influencia extraña, representa la fuerza del tratamiento.