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Tom Burns Marañón

Historia mínima de Reino Unido

  • Carlos Vasquezhas quoted3 years ago
    La historia del Reino Unido, sociedad que conduce por la izquierda, bebe cerveza templada, se niega a hablar idiomas extranjeros y solo a última hora adoptó el sistema decimal para su moneda, siempre se ha apartado, a veces de manera muy excéntrica, de las reglas comunes que rigen en cualquier país común. Es una historia excepcional.
  • Carlos Vasquezhas quoted3 years ago
    La ley electoral británica se basa en el distrito electoral unipersonal y la elección como diputado del candidato que más votos obtiene. Así se inmuniza el sistema político contra el poder de los aparatos, de los comités nacionales y ejecutivos de los partidos, y contra el del liderazgo cesarista. La libertad y la independencia de criterio de quienes forman los grupos parlamentarios hacen muy difícil, imposible de hecho, que un dirigente se parapete en el poder en contra de la voluntad de los votantes de su partido y, por extensión, de la de los representantes de esa voluntad en la Cámara de los Comunes.
  • Carlos Vasquezhas quoted3 years ago
    Evelyn Waugh, probablemente el mejor novelista británico del siglo xx, escribió con nostalgia, en Retorno a Brideshead (1945), sobre una Inglaterra jerárquica y señorial que la Segunda Guerra Mundial había abolido y se lamentaba por la llegada del Age of the Common Man, ‘la era del hombre común’, corriente y vulgar
  • Carlos Vasquezhas quoted3 years ago
    Wilfred Owen (1893-1918), uno de los poetas de guerra más admirados, describió la nauseabunda muerte de un soldado cuyos pulmones habían sido destrozados por un ataque de gas enemigo en un poema que tituló con una cita de Horacio que afirma “Dulce y honorable es morir por la patria”. Remató sus versos diciéndole al lector que de haber presenciado la muerte de su compañero: “Amigo, no animarías a los niños con esa vieja mentira Dulce et decorum est pro patria mori”.
  • Carlos Vasquezhas quoted3 years ago
    Llegado el siglo xxi los británicos, insatisfechos con su lugar y su papel en el mundo, sufrieron un ataque de nervios colectivo y su depresión existencial desembocó en el abandono de la Unión Europea. Inglaterra regresó quinientos años a la ruptura de los Tudor con Roma y se refugió en sus propios pagos. No estuvo en el Tratado de Utrecht, no participó en el Congreso de Viena, no negoció la paz de Versalles.
  • Carlos Vasquezhas quoted3 years ago
    Sin embargo, lo llamativo fue que el movimiento cívico que se dio a conocer como chartism (‘cartismo’) no se dio de bruces contra quienes controlaban el restringido sistema parlamentario. La oligarquía británica no se rasgó las vestiduras. No denunció la súbita aparición de sans-cullottes o de luditas políticos en el Reino Unido ni exigió la dura represión de quienes agitaban a la masa. El parlamentarismo encajó el desafió con una general tranquilidad cuando no indiferencia. Esto se debió a que la militancia de la protesta se limitó a lo largo de los siguientes diez años a la recogida de firmas y al envío de sucesivas peticiones al Parlamento.
  • Carlos Vasquezhas quoted3 years ago
    La legitimidad de las Cámaras de los Lores y de los Comunes era un tema de capital importancia para la clase política del Reino Unido y un asunto clave en el desarrollo del constitucionalismo británico. El hecho diferenciador del imperio de la ley en Gran Bretaña es que desde el principio, es decir, desde el contrato de la Carta Magna, la soberanía nacional residía en el Parlamento.
  • Carlos Vasquezhas quoted3 years ago
    El siglo británico abarca la incisiva observación social que perfeccionó Jane Austen (1775-1817) en sus novelas, la preocupación por los límites de la democracia que exploró John Stuart Mill (1806-1873), la rompedora curiosidad científica que ilustró Charles Darwin (1809-1882) y la necesaria reivindicación de valores artesanales que predicó John Ruskin (1819-1900). El panteón de los eminentes victorianos es un espacio tan diverso como amplio.
  • Carlos Vasquezhas quoted3 years ago
    Los feligreses de la Low Church eran las víctimas de la dislocación social que supuso la Revolución Industrial y que tanto y tan bien retrató Charles Dickens. Los metodistas tuvieron un indudable impacto en las políticas públicas que propagaba el reformista Partido Whig. Los tories, por el contrario, eran High Church y siempre se ha dicho que la Iglesia anglicana es el Partido Conservador de rodillas.
  • Carlos Vasquezhas quoted3 years ago
    En 1825 el Reino Unido reconoció a los nuevos Estados de México, Argentina y Colombia y firmó acuerdos comerciales con todos ellos. Ese mismo año Portugal, a instancias de Canning, aceptó la independencia de Brasil. “La América española es libre –declaró Canning–, y si gestionamos bien nuestros asuntos será inglesa”.
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