El «uniforme» que usaban eran pañuelos en la cabeza, tanto rojos como blancos. Solo se podían conseguir robándolos o intercambiándolos por el pan.
José Nievahas quoted3 months ago
No había forma de salvarse: si la chica no cumplía la orden, recibía un disparo por desobediencia
José Nievahas quoted3 months ago
Los elementos clave para su decisión fueron ver la primera selección masiva de prisioneros y saber que los miembros del Leichenkommando estaban exentos de tal proceso.
José Nievahas quoted3 months ago
En Rožkovany, la familia Hartmann trabajaba sus campos agrícolas y en su lechería, procurando seguir con su vida habitual.
José Nievahas quoted3 months ago
Giora Shpira tenía la suerte de contar con una exención gracias al trabajo de su padre en la serrería, pero a sus catorce años vio no solo la deportación de calles enteras de Prešov, sino el fusilamiento de familias a las que reunían en una plaza.
José Nievahas quoted3 months ago
Nadie reconoció de inmediato a las demás. «Pensamos: “Quizá nuestro trabajo sea cuidar de estas pacientes”», cuenta Magde Hellinger.
José Nievahas quoted3 months ago
«Muchas de las kapos alemanas nos ayudaron mediante una campaña de susurros indirectos [y de avisos] de que, si no trabajabas, no te iban a conservar.»
José Nievahas quoted3 months ago
La primera jefa del bloque 10 era una mujer joven llamada Elza. Nadie parece recordar su apellido. Era estricta, y en cuestión de días se la conocía por pegar a quienes llegaban tarde cuando se pasaba revista o a las que se ponían en su camino.
José Nievahas quoted3 months ago
Al final, les entregaron a las jóvenes rectángulos blancos de tela con números y estrellas amarillas. Tendrían que coserlo a su uniforme. La primera tira de tela blanca tenía los números 1-0-0
José Nievahas quoted3 months ago
Edith, Lea, Helena y Adela recibieron vestidos a rayas. Los vestidos no abrigaban y no tenían ni mallas ni leotardos de algodón con los que cubrirse las piernas. Tampoco tenían ropa interior.