Un libro donde ‘la creatividad‘ es un personaje. Que puede ser a la vez "la mejor amiga y la peor enemiga, la mayor virtud y el más peligroso defecto" de una escritora qué atraviesa por un bloqueo.
El planteamiento de la autora que propone que "la creatividad es como un viaje de autodescubrimiento donde lo mejor y lo peor de uno mismo se entrelazan para dar lugar a una obra de arte" , me ha enriquecido de una manera muy profunda. No es posible escribir sin ambas caras, la luminosa y la oscura, somos también nuestras heridas, nuestros miedos y nuestras locuras.
¡Una novela fantástica, sumamente emocionante! Se trata de un libro inteligentemente escrito, muy interesante, en el que la autora reflexiona sobre su propia escritura, y sobre el valor de verdad en la ficción. En el libro, la autora juega con el lector, como el gato con el ratón, modificando sus expectativas y las ideas que puede tener sobre el libro que está leyendo, pero también sobre la literatura en general.
¿Que es la ficción y que es lo real? ¿Que es más digno de confianza? ¿Algo escrito en ciencia ficción o lo que está basado en hechos reales? Esta y otras preguntas se quedan en el aire al terminar esta historia, y Delphine su autora, nos deja con estas dudas que más que responderse parece que se incrementan entre más piensa uno sobre lo leído.
Si “L” es real o no, es lo menos importante. Lo importante es que te deja al final esta novela tan fascinante y llena de misterio. Sin duda Delphine de Vigan es de mis escritoras favoritas.