es
Raquel Arbeteta

Te traeré a casa

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Dikê está muerta. Murió el día de su boda.
Es lo único que sabe Lyra, de lo único que canta cada noche en el Ragweed. Al menos, hasta que uno de los Doce le dice la verdad:
Dikê está viva. Se la llevaron a Inferno.
Así que allí irá, a recuperarla. Más allá de las mentiras y amenazas de la mafia de los Doce, más allá de las sucias calles de la capital, más allá del C.A.N., más allá de la muerte. Armada con una guitarra y el recuerdo del oro en los labios de su esposa, Lyra compone una nueva canción:
Dikê está viva.
Y la traerá a casa.
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113 printed pages
Copyright owner
Bookwire
Original publication
2021
Publication year
2021
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Quotes

  • Ackerleyhas quoted21 hours ago
    ¿sabes qué es el C.A.N.?

    —Sí. Una IA.

    —No. Es un monstruo —murmura—. La humanidad me da miedo, pero me lo dan todavía más los androides.

    —¿Por qué?

    —Son mejores que nosotros. No nos necesitan. ¿Por qué nos sirven? —Vuelve a mirarme con ojos cansados—. ¿Tú lo harías?

    —Están programados para ello, en realidad. —Me encojo de hombros—. Para obedecernos.

    —También los dioses obligaron a los hombres a seguir una serie de normas bajo la amenaza de terribles castigos —responde Kharón—. Y aunque a Prometeo le devore día tras día un águila y Sísifo tenga que empujar la roca hasta la cima, seguimos desobedeciéndolos.

    Damn.

  • Ackerleyhas quoted21 hours ago
    Dikê tenía la boca entreabierta y pronto estalló en una carcajada nerviosa. Después fue ella quien me besó. Una vez más muda, sorda, ciega.

    —¡Por fin! —exclamó Dikê, mitad alegre, mitad aliviada—. ¡Aunque solo a ti se te ocurriría lanzarte después de una hora de sesión de maquillaje!

    Iba a contestar para defenderme, pero volvió a besarme. Esta vez con más cuidado, lenta, como si de verdad fuese Cleopatra y temiera deshonrar a su reina. Se separó con suavidad y, a pesar de ver un destello de vergüenza en sus ojos, por suerte dominaba el alivio. Tras unos segundos, nos abrazamos. Esta vez, más cerca, con menos fuerza, como si ya no fuéramos sólidas ni controlásemos los cuerpos líquidos en los que nos habíamos convertido. Gotas de sol en un diminuto estudio.

    Son muy lesbianas.

  • Ackerleyhas quoted21 hours ago
    Dikê tenía la boca entreabierta y pronto estalló en una carcajada nerviosa. Después fue ella quien me besó. Una vez más muda, sorda, ciega.

    —¡Por fin! —exclamó Dikê, mitad alegre, mitad aliviada—. ¡Aunque solo a ti se te ocurriría lanzarte después de una hora de sesión de maquillaje!

    Iba a contestar para defenderme, pero volvió a besarme. Esta vez con más cuidado, lenta, como si de verdad fuese Cleopatra y temiera deshonrar a su reina. Se separó con suavidad y, a pesar de ver un destello de vergüenza en sus ojos, por suerte dominaba el alivio. Tras unos segundos, nos abrazamos. Esta vez, más cerca, con menos fuerza, como si ya no fuéramos sólidas ni controlásemos los cuerpos líquidos en los que nos habíamos convertido. Gotas de sol en un diminuto estudio.
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