La cantante Melody Caldwell le había dado varios meses al empresario Kyle Tailor para formalizar su relación, pero el destino había intervenido antes de que tomasen una decisión: Melody estaba embarazada.
Celos, miedo, ilusión. Kyle no sabía qué sentir al recibir la noticia de Melody. Había intentado proteger su corazón, pero entonces un admirador misterioso empezó a interesarse demasiado por ella y él se dio cuenta de que quería que Melody siguiese siendo suya y, para ello, tenía que tomar medidas…