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Hiroko Oyamada

Agujero

  • GisEllahas quoted3 years ago
    Decía el dicho que las amas de casa gozaban de tres comidas y una siesta gratis, pero en realidad la siesta era la forma más económica y eficiente de pasar el rato
  • Brenhas quoted10 days ago
    que había cerca del suyo; sentí que tenía que hacerlo. Pisé algo blando, y al bajar la mirada me encontré con dos ojos grandes que pestañeaban y me miraban desde abajo. Era el animal. Llegó un aire frío y húmedo desde el fondo y un escalofrío me recorrió entera. El animal no olía a nada. Su pelo duro me rozaba las pantorrillas por debajo de la tela fina del pijama. Noté su respiración. El cielo me pareció alto y bajo a la vez. La fuerza de la gravedad parecía caer con más peso sobre mí al tiempo que me sentía más ligera. Un pájaro, que desde mi perspectiva parecía gigante, estiró el cuello, lo giró a derecha e izquierda y volvió a quedarse quieto un momento después. El canto de los insectos me caló hasta el estómago.

    «No pensé que Muneaki…» Oí la voz de mi cuñado desde arriba. «No pensé que volvería. Pensé que no le gustaba.» «¿Que no le gustaba qué?» «La casa en la que yo estoy, o estaba.» Mi cuñado estornudó otra vez. El abuelo miraba al cielo. Desde mi posición solo podía ver su nuca y no supe si oía bien lo que mi cuñado decía. «Normal que no le guste, le di muchos problemas, debió pasarlo mal por mi culpa. Igual que mi madre y mi padre y mi abuelo. Mi abuela tuvo suerte de morirse antes de que yo me volviese así. Es una pena. Y siento hablar de esta manera, como si fuese algo ajeno a mí, pero en cierto modo lo ha sido,
  • Brenhas quoted14 days ago
    La cabeza del abuelo asomaba de un hoyo bastante ancho que había en la ribera
  • Brenhas quoted14 days ago
    Es complicado… ¡y vergonzoso! ¡A mi edad! Sí, vergonzoso. Mi vida es vergonzosa, yo soy la vergüenza de la familia, hasta el punto de que te ocultaron mi existencia…»
  • Brenhas quoted14 days ago
    Para cuidarme a mí, un hijo que no sabían si valía o no valía, mi padre se deslomó trabajando y mi madre se vio forzada a vivir bajo el mismo techo con una señora con la que ni estaba emparentada ni se entendía bien. Y aunque mi abuela murió joven, mi madre tuvo que cuidarla hasta el final, y no fue una muerte fácil. Pasaron mil cosas hasta que se murió. Y además de todo eso se ha dedicado a servir a su suegro, un señor muy malhumorado. Es un sistema que sacrifica la voluntad individual. La nuera, la suegra… Mis padres han hecho todo esto solo para dejar descendencia en el mundo. Eso es lo que me repugna. Me repugnaba. ¿Entiendes?
  • Brenhas quoted14 days ago
    Yo también lo soy! No soy peligroso ni para los humanos ni para los animales. En todo caso no son mala gente.
  • Brenhas quoted15 days ago
    El agua estaba tan quieta que parecía de mentira, como si fuese gelatina.
  • Brenhas quoted15 days ago
    «Sabes, la señora Matsuura es muy buena persona. Tienes suerte de que sea tu suegra», dijo muy sonriente. «¿Sí? Sí, claro», asentí. «Sí, eso es lo más importante. Hasta luego». L
  • Brenhas quoted16 days ago
    y si vas a saludar a unos y a otros no, luego es un problema…», me había dicho. «
  • Brenhas quoted16 days ago
    «¿Ves cómo no puedes? Ven.» La mujer se agachó y estiró su brazo. La sombrilla se desvió un poco y pude verle la cara. Tenía una sonrisa en los labios y unas gafas de sol enormes que cubrían casi todo su rostro estrecho. Efectivamente parecía mayor, pero probablemente más joven que mi suegra o mi madre. Avergonzada, tomé su mano. Estaba fría y era demasiado huesuda, me pareció, para cargar con mi peso, pero apenas hubo tiempo para dudar. Enseguida la mujer dijo: «Tres, dos, uno», y tiró de mi brazo con fuerza
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