Ningún cuento de hadas es, quizás, más conocido que «La Bella y la Bestia». La literatura y el cine se han encargado de difundir universalmente las terribles y encantadoras aventuras de una joven virtuosa que debe sacrificarse por su padre, entregándose a un monstruo, para descubrir feliz e inevitablemente que su horrible prometido es el más hermoso de los príncipes. Pero nadie más desconocido, sin duda, que la auténtica autora de la historia, Gabrielle de Villeneuve (1685–1755), que cayó injustamente en el olvido luego de que una hábil narradora concentrase su novela en las dimensiones de un simple cuento infantil. La historia de la literatura abunda en injusticias semejantes, de las que con gran frecuencia fueron víctimas las mujeres; es paradójico que, en este caso, el cono de sombra en el que entró durante más de dos siglos Gabrielle de Villeneuve se haya debido a la luz que la posteridad prefirió proyectar sobre otra mujer, Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. Mayor aún es esta injusticia si consideramos las enormes diferencias que existen entre las complejidades narrativas de la novela original y el carácter lineal del cuento, que redujo la historia a su esquema más simple. La novela de Gabrielle de Villeneuve tuvo que esperar a 1875 para ser traducida al inglés; la presente traducción, primera al español, pretende devolverle a la obra su lugar en la historia de la literatura. Esta edición incluye en apéndice la posterior versión de Leprince de Beaumont, así como dos de las principales fuentes del relato: la «Fábula de Cupido y Psiquis», de Apuleyo, y el cuento «El Rey Cerdo», de Straparola da Caravaggio.