El lunes por la mañana, camino por el pasillo del instituto, me detengo en mi taquilla y comienzo a teclear la combinación, pero veo letras negras en la puerta y me detengo.
Desearía no necesitarte,
no enamorarme de ti,
ser capaz de mirar a otra chica,
pero, cariño, para mí no existe nada más que tú.