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Hiromi Kawakami

El Señor Nakano Y Las Mujeres

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  • Sinhue_Masanhas quoted5 years ago
    Profundizar en aquel sentimiento sólo me conduciría hacia un mundo vacío, pensé vagamente.
  • Michel Isidrohas quoted3 years ago
    «Por primera vez me he enamorado de Takeo de verdad», pensé en un rincón de mi cerebro.
  • Michel Isidrohas quoted3 years ago
    —Es una mujer fabulosa —susurró con admiración—. Fue una lástima lo que pasó.

    —¿Por qué no os reconciliáis? —le sugirió Masayo.

    —No creo que quiera —gruñó su hermano.
  • Michel Isidrohas quoted3 years ago
    Las flores del jarrón parecían artificiales. En cambio, las que había metido en el tarro vacío de mayonesa tenían un aspecto más natural.
  • Michel Isidrohas quoted3 years ago
    Todo el mundo deja entrever facetas de su carácter, pero nadie se abre por completo.
  • Michel Isidrohas quoted3 years ago
    —Creo que en una empresa relacionada con la informática.

    —¿Crees? ¡Tú siempre a tu ritmo, Suganuma! —rio Sasaki.

    «A mi ritmo», repetí para mis adentros mientras caminaba por la calle con el ramo en la mano. Había pasado ocho meses trabajando con aquellas chicas. Había conocido a gente pérfida, gente amable, gente escrupulosa y gente peculiar. Y yo era la que iba «a mi ritmo»
  • Michel Isidrohas quoted3 years ago
    —Por cierto, ¿sabías que los dueños de Poesie se han jubilado y le han traspasado el negocio a su hijo? Ya no es lo que era, ahora sólo venden tartas pretenciosas con nombres larguísimos.
  • Michel Isidrohas quoted3 years ago
    Desde que había empezado el mes, el señor Nakano había adelgazado. Masayo me había dicho unos días atrás que Sakiko había roto con él, lisa y llanamente. «Todo el mundo adelgaza cuando termina una relación, ya sean jóvenes o viejos, hombres o mujeres», pensé.
  • Michel Isidrohas quoted3 years ago
    —¡Jikkanme! —gritó una voz.
  • Michel Isidrohas quoted3 years ago
    —Por eso estoy tan ocupada. ¡No doy abasto! —se lamentó, fumando un Seven Stars. Parecía verdaderamente angustiada.

    —Siempre es bueno tener unos ingresos extra —dije, y ella se echó a reír.

    —Hablas como una vieja.

    —Es que lo soy...

    —No exageres, ¡que acabas de cumplir los treinta!

    Interrumpimos la conversación para brindar
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