Es como un cuento de hadas.
—¿Un cuento de hadas?
—¿Crees que los cuentos de hadas son solo para chicas? —preguntó con una sonrisa—. Te doy una pista: pregúntate quién los escribió. Te aseguro que no fueron solo mujeres. Es la gran fantasía masculina: basta un solo baile para saber que ella es la elegida. Basta con el sonido de su voz cantando desde la torre o una mirada a su rostro dormido. Y, en ese mismo instante, sobreviene la revelación: es la chica de tu cabeza, durmiendo, bailando o cantando delante de ti. Sí, las chicas queremos príncipes, pero los chicos también quieren princesas. Y no desean un cortejo muy largo. Quieren saberlo de inmediato.