Me llevaron de vuelta a casa y se fueron los dos. Yo abrí la puerta; dije adiós, puse la radio, encontré media pinta de escocés, me la bebí, riéndome, sintiéndome bien, relajado finalmente, libre, quemándome los dedos con apuradas colillas de cigarrillos, hasta que finalmente me fui a la cama, llegué hasta el borde, me tiré, caí, caí sobre el colchón, dormí, dormí, dormí…
* * *
Por la mañana era de día y yo seguía vivo.
Quizás escriba una novela, pensé.
Y eso hice…