La literatura como manifestación artística siempre ha consistido en un delicado, a veces indescifrable, equilibrio entre creador y receptor. Ambos siempre han adoptado múltiples caras, y han sido objeto de numerosos acercamientos críticos. Posiblemente la división básica sobre hombres y mujeres, que gravita sobre todos estos modelos de análisis, no haya sido siempre atendida en toda su complejidad. Los primeros siempre a la búsqueda insatisfecha de su preeminencia en el ámbito de la esfera pública, y las mujeres relegadas a la fuerza al ámbito doméstico y privado. Desde una perspectiva historicista —y echando la vista atrás hacia las primeras manifestaciones de rudimentarias escrituras— la posición de la mujer con respecto a la literatura ha tenido siempre una presencia satélite y secundaria frente al tradicional dominio masculino, responsable este último para la posteridad de una visión de lo que le rodea hecha a su imagen y semejanza, que olvida a menudo que las inquietudes de mujeres y hombres, enfrentados a la creación literaria son, en muchos casos, las mismas. Así, todo este elenco de visiones poliédricas queda recogido en este monográfico que agavilla trabajos de muy diversa procedencia, bajo la perspectiva unitaria de la presencia de la mujer como sujeto individual y social en todos los ámbitos del hecho literario.