El modelo económico y social capitalista, basado en el egoísmo competitivo y fundamentado en la ideología neoliberal se está infiltrando en la educación. Suele racionalizarse y presentarse como “libertad de” y se envuelve en el lenguaje del individualismo y la competitividad. Exalta la iniciativa privada y el mercado, y promueve la “cultura del emprendimiento” Este modelo reemplaza el concepto de «bien común” por el de “responsabilidad personal”; el de derecho social por el de inversión individual, de modo que nos convierte en consumidores y clientes.
Ahora, más que nunca, es necesario articular un amplio espacio de confluencia en defensa del bien común que desnaturalice el orden neoliberal, apostar por un modelo educativo público que garantice el bien común de todas las personas, no el de unas pocas, con un objetivo democrático, inclusivo y equitativo que desarrolle el gusto por el saber y la formación de ciudadanía crítica y comprometida con la mejora de la sociedad en la que viven.
La consecución de este modelo de educación, universidad e investigación para el bien común requiere la recomposición del movimiento educativo y universitario, en pos de un modelo social de educación y universidad pública, laica e inclusiva, que ponga el conocimiento al servicio y al alcance de toda la sociedad, frente a los objetivos clasistas, privatizadores y mercantilistas de la ofensiva neoliberal. Exijamos, pues, una educación y una universidad pública de todos y para todos.