Política

todo aquel que quiera ser el líder de un estado moderno debe ser consciente de las dificultades éticas que le esperan: a veces para hacer el bien deberás recurrir al mal. Y al mismo tiempo, no debes creer que tu buena obra te absolverá de todo el mal que has hecho.

cuando la política es verdaderamente estable su poder es transformador

La labor del soberano consiste en tomar esa decisión en nuestro nombre: en decidir, de hecho, quién o qué amenaza la paz. Si todos nos avenimos a ello, el soberano tendrá la potestad de salvaguardar la paz, porque nadie podrá cuestionar la decisión que haya tomado. La soberanía es, por tanto, una especie de monopolio.

a clave de la política no es la violencia en sí, sino su control.

El control de la violencia constituye el núcleo de la política.

Gastar en el presente es una inversión de futuro; ahorrando para el futuro podríamos desperdiciar los recursos con los que ahora contamos.

Éste es el problema de la tecnocracia: nos da a entender que el problema es demasiado complicado para que podamos solucionarlo. Alguien más tendrá que encargarse.
También

Acemoglu y Robinson no se equivocan cuando afirman que en política no hay nada inevitable: en política, los desenlaces negativos son tan imprevisibles como los positivos.

En China es la industria, y no el mundo de las finanzas, la que marca el orden del día.

La única manera de aprender a hacer política consiste en no dejar de hacerla nunca, ni en los buenos tiempos ni en los malos. Necesitamos más política y más políticos.