Le había costado cinco años, pero por fin su dinámico, guapo y arrollador jefe le había hecho proposiciones. Claro que Jane Miller sabía que él nunca se había fijado en sus tímidas y anhelantes miradas. Estaba tan feliz que sentía deseos de llorar… y por fin lo hizo, cuando conoció el resto del plan.
Porque, aunque se tratara de una boda de verdad, no era un matrimonio de verdad. Trey Breckenridge III necesitaba una esposa para que su padre le dejara el control de la empresa. Pero Jane, la chica del montón, se hizo una promesa: antes de que terminara la luna de miel, Trey se daría cuenta de lo que se estaba perdiendo.