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León Tolstoi

La felicidad conyugal

  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    —¿Y no quieres nada?—pregunté.
    —Nada imposible—respondió, adivinando lo que yo sentía—. Tú te mojas la cabeza—añadió acariciándome como si fuese una niña y pasando una vez más su mano por mis cabellos—, y envidias a las hojas y a la hierba porque las moja la lluvia. Te gustaría ser la hierba y las hojas, y también la lluvia. Yo sólo me alegro de que existan, como me alegro de todo lo que en este mundo tiene belleza, juventud y felicidad
  • Ivana Melgozahas quoted2 minutes ago
    Me sentía bien, pero consideraba que las cosas debían ser así y no de otra manera y, además, me ocurre que siempre pienso que allá, en algún lado, hay otra felicidad, si no más grande, sí diferente.
  • Ivana Melgozahas quoted4 minutes ago
    A veces esa tranquilidad, ese perdón incondicional y esa aparente indiferencia por todo me disgustaban; no me daba cuenta de que en mí había lo mismo y lo consideraba una debilidad.
  • Ivana Melgozahas quoted2 days ago
    Y los recuerdos, y las esperanzas, y la felicidad y la tristeza se fundieron en mí en un sentimiento solemne y placentero que armonizaba con el aire fresco y quieto, el silencio, la desnudez de los campos y el pálido cielo del que se derramaban sobre todas las cosas unos rayos brillantes pero impotentes que intentaban encender mis mejillas.
  • Ivana Melgozahas quoted2 days ago
    «¿Será posible que sea hoy? —me preguntaba a mí misma sin poder creer en mi felicidad—. ¿Será posible que mañana ya no despierte aquí, sino en Nikólskoe, en una casa ajena, con pilares? ¿Será posible que ya no vuelva a esperarlo y a recibirlo, ni vuelva a pasar las tardes y las noches conversando de él con Katia? ¿Que no vuelva a sentarme con él al piano en la sala de Pokróvskoe? ¿Que no vuelva a acompañarlo a la puerta y a temer por él en las noches oscuras?». Pero recordé que la víspera él había dicho que llegaba por última vez, y Katia me había obligado a probarme el vestido de novia y había dicho: «Para mañana»; y entonces, por un instante, conseguí creerlo y luego dudé de nuevo. «¿Será posible que a partir de hoy vaya a vivir allá, con una suegra, sin Nadezhda, sin el viejo Grigori, sin Katia? ¿Que ya no vaya por la noche a dar un beso al aya y a oír cómo ella, siguiendo una vieja costumbre, después de darme la bendición, me dice: “Buenas noches, señorita”? ¿Será posible que no vuelva a ayudar a Sonia a estudiar, ni a jugar con ella, ni a golpear con los nudillos su pared por las mañanas y a oír sus sonoras carcajadas? ¿Será posible que hoy me convierta en una persona ajena a mí misma y se abra frente a mí una nueva vida en la que mis esperanzas y mis deseos se realicen? ¿Será posible que esta nueva vida sea para siempre?». Y esperaba su llegada con impaciencia, y qué difícil era para mí estar sola con estos pensamientos.
  • Ivana Melgozahas quoted12 days ago
    luego, el trabajo…, un trabajo que, según parece, es de provecho; luego, el descanso, la naturaleza, los libros, la música, el amor al prójimo; esa es la felicidad para mí y no pienso que haya nada superior a ello.
  • Ivana Melgozahas quoted16 days ago
    no sólo no buscaba quedarse a solas conmigo, sino que evitaba cualquier oportunidad de hacerlo. Como si tuviera miedo de permitir que esa ternura exagerada, dañina, que había en él, de pronto aflorara. No sé si fue él o yo, pero ahora me sentía su par; ya no encontraba en él esa fingida sencillez que antes tanto me disgustaba, y a menudo me deleitaba viendo frente a mí no ya a un hombre que me infundía respeto y miedo, sino a un niño dócil y desconcertado de felicidad. «¡Eso es lo que había en él! —pensaba yo a menudo—. Es una persona como yo, nada más». Ahora me parecía que estaba íntegro frente a mí y que ya lo conocía a fondo. Y todo aquello de lo que me iba enterando era sencillo y estaba en concordancia con mi ser.
  • Ivana Melgozahas quoted16 days ago
    —¿Por qué? ¿Por qué? —seguía yo repitiendo, pero el alma desbordaba felicidad, una felicidad que nunca más volvió.
  • Ivana Melgozahas quoted16 days ago
    —Y el tercer final —dije, y me detuve, pero él guardó silencio—, y el tercer final es que él no la amaba, y le hizo daño, mucho daño, y pensaba que estaba en lo correcto, y se fue y encima se enorgullecía de alguna cosa. Para usted, no para mí, esto es una broma, porque yo me enamoré de usted desde el primer día, me enamoré
  • Ivana Melgozahas quoted16 days ago
    Desde que lo conocía nunca me había sentido con él tan tranquila y tan independiente como esa mañana. Sentía que había en mí todo un mundo nuevo que él no entendía y que estaba por encima de él.
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