El poeta y los lunáticos (1929), de Gilbert Keith Chesterton, no es exactamente una novela, sino más bien una sucesión de episodios entrelazados, en los que un aparente loco -el poeta y pintor Gabriel Gale— da muestras de su increíble capacidad para captar la importancia de detalles que permanecen ocultos o apenas visibles a los ojos de “la gente cuerda”. Las técnicas deductivas del excéntrico poeta para anticipar un delito o resolver una atrocidad sorprenden al lector por su originalidad. Van más allá de las capacidades de las personas «prácticas”. En algunos pasajes de El poeta y los lunáticos, se contienen críticas veladas de Chesterton a intelectuales y representantes políticos de su tiempo. Una obra clave para entender la mente y el fino humor del autor británico, creador -entre otros— del famoso cura detective, el padre Brown.