Myron Bolitar no es uno más. Es la única esperanza de Terese Collins. Hace ocho años ambos huyeron a una isla caribeña para dedicarse a amarse, casi sin hablar, desgarrándose el uno en el otro. Pero ella desapareció sin dejar ni el más mínimo rastro.
Hasta que sonó el teléfono a las cinco de la mañana. Solo dijo: «Ven a París», dejando el aroma de un encuentro romántico, sensual, lleno de fantasías. Pero Bolitar ya presagiaba que Terese había pronunciado aquellas palabras con otra intención: era un grito de socorro. Rick, el ex marido de Collins y periodista estrella de la CNN, ha aparecido asesinado en París. Ella es la única sospechosa. La prueba preliminar de ADN, sin embargo, señala a otra: su hija. ¿Pero no murió hace más de diez años?
Bolitar nunca habría imaginado todo lo que ocultaba Terese Collins: un íntimo secreto que no solo devastaría a los dos, sino que podría cambiar el mundo. Un secreto en el que se cruza el periodismo y la Interpol, incluso el Mosad.