Este libro se sitúa en una frontera poco explorada entre las ciencias naturales, la historia y la literatura. Propone leer Cien años de soledad, la ya clásica novela de Gabriel García Márquez, como una historia ambiental, desde los inicios de Macondo como un paraíso natural y humano hasta su destrucción, en medio de un vendaval apocalíptico causado por la paulatina degradación del medio natural y de la sociedad. Se parte de la exploración de las múltiples coincidencias con la geografía y la historia natural de la región de Aracataca, tierra natal de García Márquez, en la región Caribe, al norte de Colombia.
En un sentido más amplio, plantea que Cien años de soledad es una alegoría y una premonición de lo que está ocurriendo a nivel planetario por el deterioro ambiental y el cambio climático. Sobre este trabajo,
Guillermo Castro Herrera, de la Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Historia Ambiental, señaló: «Mucha gente haciendo teoría sobre las Humanidades ambientales, como si existiera algún campo del conocimiento que no guardara una relación con el ambiente. Y de pronto viene lo que hace falta: trabajos como [este], cuyo balance recuerda el arranque de aquel poema de Martí: 'Ganado tengo el pan/hágase el verso[…]'. La práctica es sin duda el criterio de la verdad».