Borges por Piglia

que, en el caso de la memoria, la aspiración es el olvido. Paradójicamente, es el olvido a lo que se aspira, porque la memoria supone un peso. Creo que algo de eso siempre hay.

tiene una carta bellísima a Felice Bauer donde le dice “mi ilusión es vivir en un sótano muy largo, que nadie pueda nunca entrar ahí, que me dejen la comida en la puerta así yo puedo hacer un poco de ejercicio –dice él–, me dejan la comida y yo tengo que recorrer el sótano para abrir la puerta y llevarme la comida, y ahí yo estaría muy feliz en ese sótano porque podría leer tranquilo, y quizás si puedo leer tranquilo, puedo escribir”.

aspiración al orden es la aspiración a la totalidad, que es la aspiración al sentido, que es la aspiración a la verdad. La idea de que no hay orden y que todo es fragmentario y todo está pulverizado, como se dice ahora, produce el cinismo general por el cual todo vale lo mismo, todo es lo mismo y no hay por qué preocuparse.

, es el alivio. “Solo una cosa no hay. Es

Es el caos. Es algo que el sujeto no puede manejar. El olvido, en esa situación, es el alivio. “Solo una cosa no hay. Es el olvido” dice Borges en “Everness”. Por lo tanto, la memoria es una condena terrible en sus textos. Interfiere, desordena

el caos. Es algo que el sujeto no puede manejar. El olvido, en esa situación, es el alivio. “Solo una cosa no hay. Es el olvido” dice Borges en “Everness”. Por lo tanto, la memoria es una condena terrible en sus textos. Interfiere, desordena.

insomnio sería esa situación en la que el que no puede dormir no puede dejar de pensar en las cosas que no lo dejan dormir.

Eso es, digamos, la utopía. No importa cuál es el lugar de nacimiento, lo que importa es lo que el sujeto hace con su vida.

El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre. El mundo, desgraciadamente, es real. Yo, desgraciadamente, soy yo mismo, Alpha 60”.

Esa es la vuelta que él le dio. ¿Cómo actúa la ficción en la realidad? ¿Dónde buscamos la ficción en la realidad? Si ustedes me permiten una traducción, es lo que Gramsci llamaba hegemonía. Valéry tiene una frase lindísima: “No se puede gobernar con la pura coerción, hacen falta fuerzas ficticias”. Es decir, hay que crear un consenso. Por lo tanto, hay que construir utopías, ficciones, ilusiones. Macedonio y Borges empezaron a hacer eso, empezaron a buscar eso, empezaron a percibir cómo eso funciona.