Miradas en torno al problema colonial

El concepto de la colonialidad del género de Lugones, la idea de Segato de que los patriarcados de baja intensidad precoloniales fueron exacerbados por la colonización, y la teoría sobre la patriarcalización que acompaña la formación del Estado-nación de Rivera Cusicanqui no deben ser interpretados como contradictorios

El papel de las mujeres en la comunidad fue debilitado en una época mucho más reciente de la que Lugones sugiere en su relato de la colonialidad del género (Cusicanqui, 2004).

Rivera Cusicanqui observa que estas prácticas no fueron debilitadas o destruidas totalmente durante la Colonia, sino más bien fueron los sistemas de gobierno republicanos, la modernización y el desarrollismo los que acabaron con ellas.

Rivera Cusicanqui (2004) ofrece críticas similares basadas en las experiencias de las sociedades andinas. A pesar de que las relaciones de género indígenas eran más igualitarias tanto en la esfera privada como pública, el sistema de género andino estaba organizado alrededor de la pareja heterosexual dentro de un sistema de complementariedad

Segato nos presenta con suficiente evidencia que los dos demuestran la existencia de una forma “género” que servía para establecer un estatus opresivo y jerárquico entre los yoruba. Segato sugiere que los patriarcados de baja intensidad se hicieron más jerárquicos cuando fueron sujetos a la lógica de género de la colonización, y que tuvieron consecuencias graves para las mujeres indígenas

Sin embargo, sus argumentos específicos de la colonialidad del género son controversiales para algunas feministas hegemónicas, indígenas o investigadoras que analizan la colonización y la descolonización desde otros marcos teóricos (Mendoza, 2014)

la colonialidad de género de Lugones, como práctica deshumanizante que sobrevive la colonización, sirve para comprender problemas contemporáneos como el feminicidio, la trata de mujeres y el aumento de la violencia contra las mujeres no europeas

El sentido de lo humano se vio bifurcado: como criaturas más cercanas a la naturaleza, más emocionales que racionales, atadas a la función animal de la reproducción, las mujeres europeas ocuparon una posición inferior a los hombres en la gran cadena del ser; no obstante, conservaron su estatus de humanas marcadas por la cultura

Pero Lugones profundiza su análisis de la colonialidad de género en su ensayo “Towards a Decolonial Feminism”, en el que sostiene que el sistema de género impuesto a los colonizados por los europeos difiere sustancialmente del que se impuso a las mujeres europeas. Este sistema de género multifacético subordinaba a las mujeres europeas, pero deshumanizaba a los indígenas, esclavos africanos y a las mujeres y hombres mestizos. A partir de la premisa central de la colonialidad —la separación entre lo humano y lo no humano es concomitante con la colonización—, Lugones sugiere que la racialización de los no europeos como bestias de carga tuvo profundas consecuencias para el desarrollo de complejos sistemas de género y sexo.

Julieta Paredes (2008), una activista feminista aymara de Bolivia, critica el concepto de colonialidad de género de Lugones al señalar que no permite ver la centralidad que el género tenía en las sociedades patriarcales indígenas antes de la colonización europea, y le da más importancia a otros procesos coloniales antes de la llegada de los europeos