Nieve

sentado sacando joroba

por insistir en seguir viviendo en este rincón del mundo

No desprecian a la gente al momento como los occidentalizados. Son afectuosos y también ellos han sido heridos

siento que ni este mundo ni mi vida son en vano. Oigo en mi interior una serie de voces.

Era una de esas noches de Kars en las que todo se congela, hasta los pájaros volando.

ni del silencio de un verso vacío

Aquí todos querían o morirse o largarse.

—¿Por qué en esta ciudad se suicida todo el mundo? —preguntó entonces Ka.

—Todo el mundo, no. Se suicidan las jóvenes y las mujeres —le respondió İpek—. A los hombres les da por la religión y las mujeres se suicidan.

y que no tienen nada mejor en la vida. Ka se sentía descorazonado

Ahora que los dos llevamos una especie de vida en el exilio y que ni tenemos mucho éxito, ni hemos conseguido gran cosa, ni somos demasiado felices, podemos estar de acuerdo en que la vida es dura.