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Benjamín Labatut

Un verdor terrible

  • Mariana Azcárraga Quizahas quotedyesterday
    mismo hombre, o alguien muy similar, fue detenido por los guardias de la Universidad de Montpellier dos días después. Lo habían encontrado de rodillas frente a la puerta de la habitación donde se guardaban los papeles que Grothendieck había legado a la universidad, a condición de que nadie abriera las cuatro cajas de papeles arrugados y ecuaciones escritas hasta en servilletas que Alexander había desestimado diciendo que eran «poco más que garabatos».
    Los guardias hallaron un paquete de cerillas en la mano del hombre y un tarrito de líquido de encendedor en su bolso, pero no llamaron a la policía. Se limitaron a expulsarlo del campus, pensando que se trataba de un loco o que sufría algún tipo de retraso, ya que el tipo no quitaba los ojos del suelo e insistía una y otra vez –aunque siempre en voz muy baja– en que lo dejaran ir, pues esa tarde debía dar un importante seminario en la Facultad de Matemáticas.
  • Mariana Azcárraga Quizahas quoted7 days ago
    El problema surgía cuando se concentraba demasiada masa dentro de un área pequeña, como ocurre cuando una estrella gigante agota su combustible y empieza a colapsar sobre sí misma. Según los cálculos de Schwarzschild, allí el espacio y el tiempo no se distorsionaban: se desgarraban. La estrella se volvía cada vez más compacta y su densidad crecía sin parar. La fuerza de gravedad se volvía tan fuerte que el espacio se curvaba de forma infinita, cerrándose sobre sí mismo. El resultado era un abismo sin escape, separado para siempre del resto del universo.
    Lo llamaron la singularidad de Schwarzschild
  • Mariana Azcárraga Quizahas quoted7 days ago
    sobre todas las naciones del mundo, algo que estaba dispuesto a hacer con sus propias manos si llegase a ser necesario. En el periodo de entreguerras, mientras Adi escalaba hasta la cima del Partido Nacionalsocialista Obrero, gritando las arengas del discurso racista y antisemita que lo acabaría coronando como el Führer de toda Alemania, Fritz Haber hacía sus propios esfuerzos por recomponer la gloria perdida de su patria
  • Mariana Azcárraga Quizahas quoted7 days ago
    Uno de los que sufrió debido a la extensión de la guerra fue un joven cadete de veinticinco años; aspirante a artista, había rehuido el servicio militar obligatorio de todas las formas posibles, hasta que la policía llegó a buscarlo al número 34 de la calle Schleissheimer, en Múnich, en enero de 1914. Bajo amenaza de prisión, se presentó al examen médico en Salzburgo, pero lo declararon «no apto, demasiado débil e incapaz de portar armas». En agosto de ese año –cuando miles de hombres se inscribían voluntariamente en las fuerzas armadas, sin poder contener sus ganas de participar en la guerra venidera–, el joven pintor tuvo un súbito cambio de actitud: le escribió una petición personal al rey Luis III de Baviera para poder servir como austriaco en el ejército bávaro. El permiso llegó al día siguiente.
    Adi, como lo llamaban cariñosamente sus compañeros del Regimiento List, fue enviado directamente a la batalla que en Alemania llegó a ser conocida como Kindermord bei Ypern, la matanza de los inocentes, ya que cuarenta mil jóvenes recién enlistados murieron en solo veinte días. De los doscientos cincuenta hombres que formaban su compañía, solo cuarenta lograron sobrevivir; Adi fue uno de ellos. Recibió la Cruz de Hierro, fue promovido a cabo y nombrado mensajero de la Sede de su Regimiento, por lo que pasó los siguientes años a una cómoda distancia del frente, leyendo libros de política y jugando con un fox terrier que adoptó y llamó Fuchsl, zorrito. Ocupaba sus tiempos muertos pintando acuarelas azuladas y haciendo bocetos a carboncillo de su mascota y de la vida en las barracas. El 15 octubre de 1918, mientras languidecía esperando nuevas órdenes, fue momentáneamente cegado por un ataque con gas mostaza lanzado por los ingleses, y pasó las últimas semanas de la guerra convaleciendo en un hospital del pequeño pueblo de Pasewalk, en Pomerania, sintiendo que sus ojos se habían convertido en dos carbones al rojo vivo. Cuando supo las noticias de la derrota de Alemania y la abdicación firmada por el káiser Guillermo II sufrió un segundo ataque de ceguera, muy distinto al que le había causado el gas: «Todo se volvió negro ante mis ojos. Volví al pabellón a tientas y tambaleando, me lancé en mi litera, y hundí mi cabeza ardiendo en mi almohada», recordó años después, en una celda de la prisión de Landsberg, acusado de traición por dirigir un fallido golpe de Estado. Allí pasó nueve meses consumido por el odio, aún humillado por las condiciones impuestas a su país de adopción por las potencias vencedoras, y por la cobardía de los generales, que se habían rendido en vez de pelear hasta el último hombre. Desde la cárcel planeó su venganza: escribió un libro sobre su lucha personal y detalló un plan para alzar a
  • Mariana Azcárraga Quizahas quoted7 days ago
    Uno de los que sufrió debido a la extensión de la guerra fue un jo
  • Mariana Azcárraga Quizahas quoted8 days ago
    Hoy, cerca del cincuenta por ciento de los átomos de nitrógeno de nuestros cuerpos han sido creados de forma artificial, y más de la mitad de la población mundial depende de alimentos fertilizados gracias al invento de Haber.
  • Mariana Azcárraga Quizahas quoted8 days ago
    Fritz Haber fue declarado criminal de guerra por los aliados, a pesar de que ellos habían utilizado el gas con el mismo fervor que las potencias del Eje. Tuvo que escapar de Alemania y refugiarse en Suiza, donde recibió la noticia de que había obtenido el Premio Nobel de Química por un descubrimiento que había hecho poco antes de la guerra, y que en las décadas siguientes alteraría el destino de la especie humana.
  • Mariana Azcárraga Quizahas quoted9 days ago
    l químico que descubrió el cianuro vivió ese peligro en carne propia: en 1782, Carl Wilhelm Scheele revolvió un pote de azul de Prusia con una cuchara que contenía restos de ácido sulfúrico y creó el veneno más importante de la edad moderna. Bautizó su nuevo compuesto como «ácido prúsico»
  • Mariana Azcárraga Quizahas quoted13 days ago
    oy se sabe que las metanfetaminas fueron el combustible con que Alemania sostuvo la embestida imparable de la Blitzkrieg y que muchos soldados sufrieron ataques psicóticos mientras sentían el amargor de las tabletas derritiéndose en sus bocas.
  • David Olivareshas quoted2 months ago
    Doctores, cianuro de potasio. Lo he probado. Quema la lengua y sabe agrio», decía la nota que encontraron junto a su cuerpo en la habitación del hotel que arrendó para quitarse la vida. La forma líquida del veneno, conocida en Alemania como Blausäure (ácido azul), es altamente volátil; hierve a los veintiséis grados centígrados y deja un ligero aroma almendrado en el aire, dulce pero levemente amargo, que no todos logran distinguir, ya que poder hacerlo requiere un gen específico del cual carece el cuarenta por ciento de la humanidad. Como consecuencia de ese azar evolutivo, es probable que una parte importante de las personas asesinadas con Zyklon B en Auschwitz, Majdanek y Mauthausen ni siquiera hayan notado el olor del cianuro llenando las cámaras de gas, mientras que otros murieron oliendo la misma fragancia que saborearon los hombres que habían organizado su exterminio al morder sus cápsulas suicidas.
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