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Jorge Volpi

Mentiras contagiosas

  • Grecia T.has quoted8 days ago
    Para paliar mi frustración me concedí otra oportunidad y me precipité sobre Austen, Dickens, las hermanas Brontë, Hardy, Forster y Henry James: todos me parecieron intolerables. Si acaso incubaba algún prejuicio contra los escritores de Albión, dirigí mi curiosidad hacia sus enemigos del otro lado de la Mancha: Hugo (un bodrio), Stendhal (un escándalo), Flaubert (cursi), Céline (un asco), Yourcenar (patética). Sin escarmentar, alterné autores rusos y estadounidenses: Tolstói y Melville, Bulgákov y Hawthorne, Dostoievski y Faulkner, Nabokov y Bellow, Pasternak y Philip Roth… Ni siquiera vale la pena mencionar los nombres de los españoles, italianos, brasileños, japoneses, checos o turcos que revisé después. Fatigado, me adentré por fin en la extravagante pasión de mi abuelo: la novela mexicana del siglo xxi. Apenas pude comprender su entusiasmo por escritores tan desiguales.
  • Grecia T.has quoted8 days ago
    otro modo, ¿cómo entender que adultos racionales se consagrasen a tramar estos divertimentos, que seres inteligentes disfrutasen con sus engaños, que lectores sensatos se conmoviesen con sus mentiras? Durante siglos las novelas sirvieron para confundir a las mentes menos preparadas: su público estaba conformado por mujeres crédulas, adolescentes infatuados, viejos prematuros, solteros insatisfechos: gente ociosa.
  • Anahas quotedlast month
    admiramos la ciudad y admiramos la forma de bailar de las chicas locales –
  • Anahas quotedlast month
    Leo y estoy endemoniado, no me pertenezco, me desgajo. Leo y entro en un universo, el de la novela, ansioso por encontrar puntos de referencia que me permitan seguir avanzando. No hay salida. Él me inventa y yo lo invento a él: somos dos y somos uno, idénticos y distintos, emparentados por el libro que él ha escrito y que yo leo, que yo leo y por eso se escribe.
  • Anahas quotedlast month
    «Hay algo vulgar en el amor», escribe Cabrera. Pero más adelante añade: «No es que yo tenga nada contra la vulgaridad. Al contrario, nada me complace más que los sentimientos vulgares, que las expresiones vulgares, que lo vulgar. Nada vulgar puede ser divino, es cierto, pero todo lo vulgar es humano».
  • Anahas quotedlast month
    . Nada más excitante que hablar de sexo –que apropiarse de las palabras
  • Anahas quotedlast month
    os han enseñado a ver el mundo como una sucesión de acontecimientos: la Historia como un hilo donde se enroscan los destinos humanos. Con esta lógica, un buen narrador sería aquel que une hechos dispersos según los principios de composición derivados de la retórica clásica. Desde la antigüedad hasta fines del siglo xix, nadie puso en duda que la única manera de contar una historia era a través de esta sucesión de episodios. Pero este delicado artificio nada tiene que ver con la realidad. El mundo no posee una línea argumental. El cosmos se parece más bien a su contraparte, el caos: todo ocurre de manera simultánea, sin que logremos contemplar todo lo que ocurre en un instante. Nuestra experiencia es desoladoramente fragmentaria.
  • Anahas quotedlast month
    Una pregunta aún más impertinente.

    –¿Y si Pedro Páramo fuese sobre todo una novela de amor? ¿La novela del amor desgarrado y terrible de Pedro Páramo por Susana San Juan?
  • Anahas quotedlast month
    Quizás la nacionalidad de un autor revele claves sobre su obra, pero ello no indica –o al menos no tiene por qué indicar– que esté fatalmente condenado a hablar de su entorno, de los problemas y referentes de su localidad, o incluso de sí mismo.
  • Anahas quotedlast month
    Gracias a la ficción atravesamos toda clase de fronteras sin ser descubiertos. Si la frontera es un producto de la imaginación, quizás sea posible combatir el fuego con el fuego. Mientras los poderosos edifican barreras y murallas, escritores y lectores se las ingenian para quebrantarlas.
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