El cáliz donde tu alma existe

Las palabras, ordenadas por un gran poeta, se friccionan mutuamente de un modo tan portentoso que edifican en la mente, sin esfuerzo alguno, poderosas imágenes, contentivas de un mensaje que se comporta a todas luces como una fidedigna revelación.

Un hombre está mirando a una mujer,
está mirándola inmediatamente,

Setiembre
Aquella noche de setiembre, fuiste

tan buena para mí... hasta dolerme!

Yo no sé lo demás; y para eso,

no debiste ser buena, no debiste.

Aquella noche sollozaste al verme

hermético y tirano, enfermo y triste.

Yo no sé lo demás... y para eso,

yo no sé por qué fui triste... tan triste!

Solo esa noche de setiembre dulce,

tuve a tus ojos de Mágdala, toda

la distancia de Dios... y te fui dulce!

Y también fue una tarde de setiembre

cuando sembré en tus brasas, desde un auto,

los charcos de esta noche de diciembre.

Pasamos juntos, muy juntos,

invicta Luz, paso enfermo:

pasamos juntos las lilas

mostazas de un cementerio.

Y saber que donde no hay un Padrenuestro,
el Amor es un Cristo pecador

Mi beso es la punta chispeante del cuerno
del diablo

El sueño

lame nuestros pies qué dulce

Tus maños y mis manos recíprocas se tienden

Serpea el sol en tu mano fresca,

y se derrama cauteloso en tu curiosidad.

Y la cerveza lírica y nerviosa

a la que celan sus dos pezones sin lúpulo,