»Durante toda mi existencia, lo único que he pedido ha sido una cosa: una persona que me entienda y a quien pueda permitirme tocar. Cuando toco a alguien, veo la vida que ha tenido en destellos de recuerdos mientras muere.
Pero la primera vez que te toqué, lo que vi fue tu futuro. Un destello de ti en mis brazos, bailando con un vestido rojo precioso bajo la luz de la luna. —
Muerte le levantó la barbilla a Signa y ella se estremeció y saboreó el tacto.
»Eres lo que quiero. —Apartó la mano—. Sé que no puedo obligarte a que me quieras a cambio, pero dime que lo haces y te prometo que soy entera e inequívocamente tuyo. Dime que lo haces y haré que este mundo lo sea todo para ti, Signa.