—Si ahora estoy molesta, es porque acabo de descubrir que todas las personas más cercanas a mí han estado mintiéndome. Usándome. Manipulándome para satisfacer sus propias necesidades. Mis padres —digo, furiosa— aún están vivos y aparentemente no son mejores que los monstruos abusadores que me adoptaron. Tengo una hermana que está siendo torturada por el Restablecimiento… y ni siquiera sabía que existía. Estoy intentando aceptar el hecho de que nada será igual para mí, nunca más, y no sé en quién confiar o cómo avanzar. Así que sí —casi grito las palabras—, ahora mismo no me importa nada. Porque ya no sé por qué lucho. Y no sé quiénes son mis amigos. Ahora mismo, todos son mis enemigos, incluso tú.