Carmen Santos

La clase de dolor que siente un pensamiento por una causa aparente cultiva el pensamiento mismo; y, desde ese modo, se engendra, se eterniza, se refuerza a sí mismo.

Un pensamiento que tortura a un hombre escapa a las modalidades del pensamiento, se vuelve otro, un parásito.

producir y producir un tiempo infinito.

Todo hombre resulta odioso a quien se evade y se consume alejándose de sí mismo, pues los otros nos hacen irrefutablemente pensar en nosotros.

más admirables, tal vez, que se nos han transmitido, pertenecen al orden didáctico o histórico. De natura rerum, las Geórgicas, la Eneida, La Divina Comedia, La leyenda de los siglos..., extraen una parte de su sustancia y de su interés a las nociones que habría podido recibir la prosa más indiferente.

música arrastra con ella una clase de vida que nos impone mediante lo físico, en tanto que los monumentos de la palabra nos requieren, por el contrario, que se la prestemos

Algunos, que conservaban las formas tradicionales del Verso francés, se ejercitaban en eliminar las descripciones, las sentencias, las moralidades, las precisiones arbitrarias; purgaban su poesía de casi todos esos elementos intelectuales que la música no puede expresar.

Nuestra filosofía está definida por su aparato, y no por su objeto.

Verlaine, de Stéphane Mallarmé, de Arthur Rimbaud

Entre esos hombres sin gran apetito de Poesía, que no sienten la necesidad y que no la habrían inventado, la desgracia quiere que figuren un buen número de aquellos cuyo cargo o destino es juzgar, discurrir, excitar y cultivar el gusto, y, en suma, dispensar lo que no tienen. Con frecuencia le dedican toda su inteligencia y todo su celo: cuyas consecuencias hay que temer.