Los comportamientos y las experiencias que albergamos en nuestro cuerpo se remontan mucho tiempo atrás. Aprendimos e incorporamos secuencias de acción particulares antes de que nuestra mente fuera capaz de formar una historia sobre nuestra experiencia y, realmente, hicimos lo que pudimos con lo que teníamos. Por tanto, se trate de lo que se trate, no seas duro contigo mismo. Haz todo lo que puedas por tratarte con compasión. Este trabajo no tiene que ver con acumular más juicios sobre ti mismo, sino con examinar más detalladamente qué nos sirve en el momento presente y qué no. Tiene relación con recuperar la apertura, estimular nuestros recursos y cruzar el puente hacia el apego seguro.