En otras ocasiones, es la falta de presión o el trabajar sin plazos de entrega lo que provoca que actuemos sin iniciativa ni intensidad. «Ya lo haré más adelante, hay tiempo de sobra», nos decimos. ¿Por qué pensar de ese modo? Sencillamente, hazlo ahora. Mira más allá, anticípate, actúa con inteligencia, dibuja y plasma con tu mente productiva el resultado y los beneficios que obtendrás si te adelantas y lo haces ahora que tienes tiempo de sobra. Tal vez ese tiempo extra te permitirá perfeccionar y dar un mejor acabado a tu trabajo, dispondrás de más tiempo libre para dedicarlo a otras actividades, si surge un imprevisto tendrás más margen de maniobra para reaccionar, etc. La acción, la iniciativa y la anticipación están llenas de beneficios ocultos. Sólo tienes que visualizarlos antes para conseguir el impulso de ponerte en marcha.