Andrés Catalán

Se me ocurrió un poema al quedarme

dormida anoche, me desperté

con el sol, no me acordaba de nada.

Si era bueno, dioses

de las grandes tinieblas

donde acaba el sueño y acaba

también la muerte, los sin nombre,

como una sincera ofrenda

aceptadlo.

Ten cuidado cuando rindas homenaje a un artista.

Estás elogiando el peligro.

Estás estrechándoles la mano

a los muertos y a los nonatos.

Estás confiando en lo que no se puede confiar.

La métrica del poeta sirve a una alegría anárquica.

El narrador narra una sola historia: libertad.

Sobre todo ten cuidado de rendir homenaje a artistas mujeres.

Porque el ama de casa te llenará la casa de leones

y junto con la abuela

vendrán osos, caballos salvajes, enormes búhos, coyotes.

Caminar es a las actividades lúdicas lo que labrar y pescar son a la industria: es primitivo y simple; nos pone en contacto con la madre tierra y la sencilla naturaleza; no requiere de un equipo complejo ni de un entusiasmo fuera de lo común.

Pero el verdadero paseante ama caminar porque, lejos de distraerle, propicia la uniforme y abundante fluidez de una meditación apacible y semiconsciente.

¿Por qué no tener una poesía y una filosofía fruto del entendimiento y no de la tradición, y una religión que nos haya sido revelada en lugar de la historia de la suya?

Se abre el vacío. Es un amanecer impávido, caliente y hambriento en Sunset Boulevard mientras avanzamos traqueteando por el primer plano de la luz. El emperador tiene una mano en el dial de la radio y se dedica a cambiar de una tertulia a otra. ¿Sé cómo empieza el amor? Claro que sé cómo empieza el amor, dice una tranquila voz femenina.

él duerme. Reluce. La noche arde lentamente. Incluso mi deseo al acecho, al que odio, se sienta junto a la cama.

Hay un montón de cosas que saber sobre el amor, supongo que puedo ocultarte tanto como el emperador de China me ocultaba a mí, incluso en nuestras últimas horas

Vemos su vida como una gota que resbalara por una pared.

(mapa 31)

Sobre su espalda en el lago

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