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Kim Thúy

  • Mónica Díaz Garcíahas quotedlast month
    Pero las tareas cotidianas nos enraizaban a nuestro pesar en aquellas tierras cálidas y hostiles.
  • Mónica Díaz Garcíahas quotedlast month
    Como todos los refugiados, había aprendido con rapidez a meterse en su burbuja para poder estar sola.
  • Mónica Díaz Garcíahas quotedlast month
    Cada día pegaba una cita nueva en el espejo del cuarto de baño. Hà me invitaba a leerlas con ella. Juntas buscábamos las palabras desconocidas en el diccionario e intentábamos captar el sentido antes del regreso de Louis, al final del día. «¿Qué es tu beso? El roce de una llama», de Victor Hugo, permitió que Hà me enseñase la diferencia entre el beso con los labios de la cultura occidental y el de la nariz de los vietnamitas. Uno saborea mientras que el otro olisquea, lo cual explica la palabra thơm («perfume») para pedir o dar un beso entre jóvenes vietnamitas.
  • Tegus El toro poético imaginariohas quotedlast year
    Tenía ocho años cuando la casa se sumió en el silencio.
    Bajo el
  • Ann Lophas quoted2 years ago
    Tras la muerte de aquella anciana, cada domingo iba yo a la ribera de un estanque de lotos, en las afueras de Hanói, donde siempre había dos o tres mujeres de espalda encorvada, de manos temblorosas, que, sentadas en el fondo de una barca redonda, se desplazaban por el agua con la ayuda de una pértiga para colocar hojas de té dentro de las flores de loto abiertas. Regresaban al día siguiente para recogerlas, una a una, antes de que los pétalos se marchitasen, después de que las hojas aprisionadas hubieran absorbido durante la noche el perfume de los pistilos. Me decían que cada hoja de té conservaba así el alma de aquellas efímeras flores.
  • Ann Lophas quoted2 years ago
    Sólo quienes llevan el pelo largo tienen miedo, pues nadie puede tirar del pelo a quien no lo tiene».
  • Ann Lophas quoted2 years ago
    Quise ser muy distinta de mi madre hasta el día que decidí que mis dos hijos compartieran la habitación, aunque hubiera dos habitaciones vacías más en la casa. Quise que aprendieran a apoyarse el uno al otro como habíamos hecho mis hermanos y yo. Alguien me dijo que los vínculos se tejen con las risas, pero más aún compartiendo, con las frustraciones de compartir. T
  • Ann Lophas quoted2 years ago
    Probablemente mi madre tenía razón cuando nos obligaba al ejercicio de compartir, no sólo entre mis hermanos y yo, sino también entre nosotros y nuestros primo
  • Ann Lophas quoted2 years ago
    Nos hablaba de Proust comiendo magdalenas, arrellanado en su sillón de mimbre, en la terraza del Círculo Deportivo de Saigón.
  • Ann Lophas quoted2 years ago
    i padre, en cambio, no tuvo que reinventarse. Es de esas personas que sólo viven el momento, sin vínculo con el pasado. Saborea cada instante del presente como si fuera siempre el mejor y el único, sin compararlo, sin medirlo. Por eso inspiraba la mayor, la más hermosa felicidad, estuviera en los escalones de un hotel de picos pardos o sentado en una limusina, entregado a la planificación estratégica con el ministro.
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