La sincronicidad es, en palabras de la ecologista Robin Wall Kimmerer, “un recordatorio de las conexiones elegantes”. Explorar las relaciones entre las cosas que no pueden explicarse por simple causa y efecto es una puerta para comprender la relación entre la psique, una conciencia más colectiva, y la materia.
Cuando se producen sincronicidades, como ocurre a menudo cuando echamos las cartas del tarot y estas aciertan los detalles de nuestra vida con una precisión asombrosa, puede ser que algo previamente oculto en el inconsciente esté tratando de emerger. Y que puede estar aflorando para ayudarnos a evolucionar.