Lamentablemente, este concepto ha sido empleado en muchas ocasiones de un modo despectivo por los defensores de una dirección activa del parto por parte de un ginecólogo en un entorno hospitalario. A veces se habla de «parto natural» o incluso «parto ecológico» para caricaturizar a la mujer que desea un parto normal, como una «hippy abraza-árboles» que quiere parir sola en el bosque sin pensar en el bienestar de su hijo, de una forma totalmente imprudente.