“Solo en el vacío, afirma, reside lo verdaderamente esencial. Hallaréis, pues, la realidad de una habitación, no en el techo y en las paredes, sino en el espacio que esas entidades limitan. La utilidad de un botijo reside en el hueco que contiene el agua, no en la forma de la vasija o en la arcilla de que el alfarero la moldeó. El vacío es todopoderoso, porque puede contenerlo todo. Únicamente en el vacío es posible el movimiento”.1
Lao Tse, citado por Kakuzo Okakura, El libro del té.