No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas

Porque aunque quería olvidarlo, deseaba con todas mis fuerzas encontrarme de nuevo con él.

Si te vas, ten al menos la decencia de romper conmigo.

—¿Ves? No has roto nada importante.
Nada importante. Mi corazoncito hace trece años, mi autoestima, toda mi seguridad. Nada importante. Nada que no haya podido recomponer con mucho esfuerzo día a día, semana a semana, mes a mes. Nada que no haya podido pegar

Si el antiguo testamento decía que el mundo se había hecho en una semana, yo en una semana podía construir una vida entera con mi novio.

Pero fui incapaz de obedecer mis propias palabras. Y sin poder evitarlo, y maldiciéndome por ello, lloré.

Sentí que si me moría ahí mismo mi vida habría merecido la pena. Eso fue lo que sentí.

lo mejor… un día te compongo una canción.
—¿A mí? —pregunté, sorprendida.
—Sí, a la chica que sabía hacer magia con las plumas pero prefirió ser química.

Era Espartaco sublevándose ante los romanos, Kunta Kinte arremetiendo contra sus amos esclavistas, era aquel manifestante de la flor frente a los tanques, era…

a veces no es fácil distinguir dónde acaba el amor y dónde empieza el cariño.

—Tómate esta botella conmigooooo. Y en el último trago me besas. Esperamos que no haya testigos. Por si acaso te diera vergüenzaaaa. Si algún día sin querer tropezamos, no te agaches ni me hables de frente, simplemente la mano nos damos, y después que murmure la gente. Tómate esta botella conmigo y en el último trago nos vamooooooos…