Tú debes beber el agua llamada del Leteo, para que olvides todo lo que sabes; para que haya espacio en tu corazón y el dios te revele lo que quiere de ti –dijo señalando a Marsias–. Tú –y se dirigió a Olimpos–, cuando él despierte, le darás a beber del ánfora que contiene el agua de Mnemosyne, para que recuerde sin terror qué fue lo que el dios le mostró